Si bien los estudios no son concluyentes y son necesarios estudios a largo plazo en humanos, sí demuestran que en ratones, determinados compuestos frecuentemente utilizados en la fabricación de pastas dentífricas tales como el triclosan, sulfatos, flúor, colorantes… actúan como disruptores endocrinos (a nivel tiroideo y estrogénico), alteran la microbiota comensal de la cavidad bucal y favorecen la resistencia a antimicrobianos.
La Medicina integrativa y la Psiconeuroinmunología (PNIe) prestan mucha atención al estado de la microbiota.
Aunque legalmente los fabricantes alegan que se utiliza en cantidades consideradas no perjudiciales por la UE, diferentes estudios han demostrado que alguno de estos compuestos se acumulan en las cerdas del cepillo, con lo que la dosis a la que realmente nos exponemos es muy superior a la considerada segura.
Puesto que actualmente existen en el mercado opciones libres de estas sustancias, creo que evitarlas (sobre todo en los más pequeños), es una buena estrategia preventiva de salud.
De manera inevitable, actualmente estamos expuestos a una gran cantidad de químicos y contaminantes, con lo que todo aquello que podamos realizar de una manera más natural contribuirá a nuestra salud ya sea ahora o en el futuro.