Pese a la creencia popular, el cuidado y optimización de la microbiota desempeña un papel clave en la prevención y tratamiento de múltiples patologías (muchas de ellas crónicas) relacionadas o no con clínica digestiva.
La microbiota guarda un estrecho vínculo con casi todas las enfermedades crónicas actuales (psoriasis, diabetes, Alzheimer, hipotiroidismo autoinmune…), incluyendo las del ámbito psiquiátrico (depresión, ansiedad…).
El mantenimiento y optimización de nuestro microbioma, así como tratamientos destinados a corregir el disbalance del mismo, son claves además de para mantener y mejorar nuestra salud, para prevenir patologías.
Pero ojo! No todos los probióticos sirven ni son iguales. Hay que saber en qué momento emplearlos, con qué pauta y qué cepas específicas pueden ayudar en una determinada patología.