Exposición solar

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La falta de exposición solar en nuestra vida cotidiana, está mucho más implicada de lo que imaginas, en patologías como depresión, obesidad, enfermedades autoinmunes… Si bien la relación del sol con el melanoma es un hecho, dicha relación no es tan simple. El desarrollo de este tipo de cáncer está más relacionado con una exposición solar inadecuada, que con la exposición solar propiamente dicha. Pasamos de estar  9 meses del año “resguardados” en oficinas, casas… sin apenas recibir luz solar, a exponernos de golpe, durante largos períodos y en una época en la que los rayos del sol inciden con más “fuerza”. No preparamos a nuestra piel y creemos que con el mal llamado protector solar solucionamos el problema.

Diversos estudios muestran como una exposición continuada y gradual (siendo ésto propiciado por las estaciones)  protegen frente al melanoma, mientras que un modelo de exposición vacacional como el de hoy día es precisamente el que aumenta su riesgo.
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/15617990

¿Por qué? Porque por un lado, al no exponernos durante todo el año de forma racional (al trabajar, caminar…) no preparamos nuestra piel, ni nos adaptamos progresivamente a esa mayor intensidad que el sol ofrece en verano, (es como pretender correr una maratón de un día para otro sin habernos preparado previamente para ello, puedes hacerlo pero a costa de terminar destrozado).

Por otra parte, la falta de exposición solar implica a su vez, no disponer de  los beneficios derivados de la misma y que desempeñan un papel clave en la prevención de patologías como el cáncer. Si llegamos al verano faltos de vitamina D (crucial en la correcta función del sistema inmune el cual es clave en la protección frente al cáncer) recibiendo más sol en unas horas que el que nos ha dado en los últimos meses y cubiertos de “protector solar” que nos da una falsa sensación de seguridad al retrasar la aparición de esa rojez en la piel que nos indica que nos estamos pasando, parece lógico pensar que quizás el problema principal no es el sol, sino más bien cómo nos relacionamos con él.